La maternidad parece haberse constituido en un obstáculo para la realización personal. Las mujeres estamos cada vez más dispuestas a abandonar el mundo íntimo para lanzarnos al mu...
La maternidad parece haberse constituido en un obstáculo para la realización personal. Las mujeres estamos cada vez más dispuestas a abandonar el mundo íntimo para lanzarnos al mundo público y ser alguien reconocido. Pero un buen día nos pasa a las mujeres hiperactivas que sin darnos cuenta nace nuestro primer hijo. Y comprendemos que lo público es materialmente visible, pero en medio de un dolor de panza del bebé, esa identidad desaparece junto con el sentido profundo que tenía hasta entonces. A través de estas páginas pretendo acercar las vivencias genuinas, primitivas e innombrables del universo insondable de cada madre reciente. Experiencias confusas, incomprensibles, exageradas, locas, pero terriblemente reales, que confirman que la familia nace con el primer hijo.