A primera vista, puede parecer que ciudades como Nápoles y Marrakech, Nueva York y Tokio, París y São Paulo presentan más diferencias y contrastes que afinidades, pero, si uno lo p...
A primera vista, puede parecer que ciudades como Nápoles y Marrakech, Nueva York y Tokio, París y São Paulo presentan más diferencias y contrastes que afinidades, pero, si uno lo piensa, hay algo común a todas ellas o, mejor dicho, a todas las grandes ciudades del mundo: la comida callejera, que, del mismo modo que resulta ideal para los ataques repentinos de hambre, permite hacerse una idea auténtica de las metrópolis y las culturas de todo el mundo. El presente volumen, ilustrado con espléndidas fotografías a color, muestra lo mejor en comida callejera, con imágenes, información y recetas de las especialidades que habitualmente se preparan y consumen en la calle. Es una exploración de las tradiciones, las culturas, las costumbres y los modos de vida. La comida callejera es un reflejo del estilo de vida de una nación. Es además una oportunidad de juntarse y alternar con la gente: el hecho de estar al aire libre, la informalidad y la ausencia de tiempos reglados facilitan las relaciones interpersonales, ya sea ante los ubicuos quioscos de hot dog estadounidenses o disfrutando de los arancini sicilianos, los yakitori japoneses o los acarajés de la brasileña Bahía.